Tuvimos dos horas y media de canciones, poesía, reflexiones, risas, sobrecogimiento, algunas lágrimas y hermandad... me parece impresionante el poder que tiene una reunión de personas receptivas a sentir y sentirse.
Para saber más sobre este evento visita el blog de Escuela de Ateneas o dale al play a la grabación íntegra del encuentro y comparte el calor de Escuela de Ateneas en tu propia casa, dos horas de sororidad compartida que saben a gloria.
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