Fotografía recogida de aquí |
De haber sido tratada como sus homólogos genios humanistas masculinos, estaría a la altura de Leonardo Da Vinci (aunque vivió 3 siglos antes que él), pero no, nunca formará parte de los grandes nombres de los libros de biografías históricas porque en este mundo y durante toda la historia, tener tetas, es un visado al ninguneo.
Nació en Alemania en el 1098, fue entregada a la religión como diezmo por sus familia a los 8 años y llegó a abadesa, siendo la primera mujer capaz de fundar dos monasterios exclusivamente para mujeres religiosas con permiso papal para predicar. Vivió 82 años a pesar de una precaria salud desde la infancia, en una época donde la media de vida era de unos 40 años.
Brilla por sus tratados sobre física, filosofía, naturaleza, teología, botánica, lingüistica del medievo bajo y medicina hablando de la importancia de alimentación y de las variaciones de la naturaleza en la enfermedad, algo que suena a las voces ecologistas de nuestra época.
Consideraba el arte una forma de comunicación con Dios y una forma de alegrar el alma en un mundo doloroso. Escribió poesía, pintó y escribió sus visiones divinas, compuso infinidad de partituras que se recuperaron en los años 70-80 del siglo XX, todas ellas audaces y adelantadas a su època. Se habla de su obra Ordo Virtutum (uno de los primeros ejemplos de drama litúrgico) como una proto-opera.
Fue la primera mujer feminista del continente y un icono lésbico. Escribió hace 1000 años sobre el orgasmo y el placer sexual femenino, describió a Dios con atributos femeninos. Convirtió las debilidades atribuidas a las mujeres de la época en autoridad y luchó por la equiparación de los sexos en cuanto al castigo por los pecados.
Con todo ello, no solo no la excomulgaron, ni tuvo grandes problemas con el clero en toda su larga vida, si no que en el siglo XV su nombre se incluyó en el martirologio romano y se instituye su fiesta el 17 de septiembre. La canonizan en 2012.
Hoy, casi 1000 años después, sigue inspirando a nuestros contemporaneos:
Kenn Follet reconoce que el personaje de Caris de "un mundo sin fin" está inspirado en Hildegar Von Bingen.
Existe una película basada en su vida, llamada Visiones, cuyos diálogos están basados en sus escritos y cartas y la banda sonora son sus propias composiciones. Ese convento en la época debía ser visto poco menos que como una actual comuna hippie lésbica por muchos clérigos.
Toda su obra musical está grabada y es muy apreciada. En 2007, Richard Souther, mezcla sus composiciones con música electrónica new age.
Que sirva este post como mi pequeño homenaje a una gran mujer. ¡Un pasote de mujer!
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