Hablando de ciencia sin pilotos automáticos

¿Creéis que porque somos mujeres valemos menos como científicas?
En la mayoría de casos la respuesta a esta pregunta todavía es sí. A menudo esta no somos conscientes del sesgo de género que tenemos, son pilotos automáticos. Todavía la población seguimos apoyando una ciencia donde las mujeres que nos dedicamos a carreras científico-técnicas tenemos la permanente sensación de “nunca jugar en nuestro propio campo”. La presión permanente de demostrar que nos merecemos el puesto que tenemos es algo que no se le exige a nuestros homólogos varones. Ya hay evidencias sobradas con las que afirmar lo siguiente: “Está científicamente demostrado que por nuestra carcasa, sexo varón o mujer, decidimos de forma automática para lo que vale o no vale una mujer o un hombre.” En esta línea, el estudio científico publicado en la revista Science en 2017, realizado a 400 niños y niñas de entre cinco y siete años, demostró que a partir de los 6 años las niñas ya entienden que la inteligencia es una característica masculina… y por tanto ajena a ellas/nosotras. Este pensamiento llega a la edad adulta, tanto en hombres como en mujeres, hasta el punto que asumimos que una mujer está menos capacitada para puestos científicos y/o de alto nivel denominándose este hecho como el efecto Jennifer y John.

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¿Cómo es posible a día de hoy llegar hasta ese punto? Aquí es necesario resaltar que desde antes incluso de nacer la manera de dirigirnos a nuestras criaturas varía en función del sexo biológico asignado. Pasar a educar peques más libres de los estereotipos de género es el primer paso, y más importante cambio, que las personas adultas debemos realizar.
Un segundo paso será dejar de invisibilizar el papel que las mujeres(y otros grupos oprimidos) han tenido y tienen, a lo largo de la historia. Es fundamental escarbar en el pasado y rescatar esas referentes. Actualmente siguen surgiendo numerosas iniciativas enfocadas en ello como “De mayor quiero ser Científica”, blogs como mujeryciencia.com, editatones en Wikipedia, la red de mujeres científicas en España promovida por la Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas (AMIT) o la iniciativa #generociencia de la UCLM, o MujeresMakers de FabLab Cuenca entre otras. Nosotras intentamos formar parte de este cambio y desde 2017 hablamos de la necesidad de incluir esta visión crítica en la ciencia desde la sección de ciencia en el programa de radio La Hora Violeta. También el 11 de febrero “Día de la mujer y la niña en la ciencia”, iniciativa alrededor de la cual realizaremos dos talleres el sábado día 9 de febrero, en la Biblioteca de Cuenca por la mañana y en Villaconejos de Trabaque por la tarde. Demostrando que las mujeres somos científicas, y las mujeres de los pueblos conquenses, si queremos, también.
Todavía a día de hoy en España las mujeres solo suponen entre el 2 y el 7% de las figuras mostradas en libros de texto escolares dependiendo de las disciplina de estudio. Sin embargo ahora nosotras sabemos que en la historia siempre ha habido mujeres haciendo ciencia y descubrimientos que han contribuido al avance de la humanidad.Mujeres valientes que tiraron/tiramos pa´lante pese a encargarse en solitario de las familias, pese a tener que ocultar su identidad al disfrazarse de hombre para acudir a la universidad, firmar trabajos y patentes a nombre de maridos y pese a estar rodeadas de machistas que ningunearon su/nuestro trabajo. En definitiva, luchando, además de por sacar adelante las nuevas ideas que planteaban, por vencer algunos de los estereotipos de cada época. Como dijo la científica Rita Levi-Montalchini, "La humanidad está hecha tanto de hombres como de mujeres por lo que tiene que ser representada por ambos sexos". Y nosotras nos permitimos añadir, que debe estar representada por toda la diversidad que tenemos. La ciencia y el conocimiento tienen que dejar de ser sexistas, pero también racistas, clasistas, y otro mogollón de "istas" de los que no nos damos cuenta…
Como tercer paso, necesitamos una nueva ciencia y queremos terminar este texto poniéndonos a soñar… Soñar que en el futuro habrá una ciencia mucho más colaborativa y diversa formada por personas conscientes de sus sesgos y limitaciones y por hombres que forman parte de los cuidados de sus casas (todos ellos y de manera equitativa).No habrá que poner cuotas para equilibrar ninguna balanza torcida y nadie tendrá que elegir entre trabajo y cuidados familiares… Si seguimos avanzando, en el futuro habrá nuevos pilotos automáticos que apagar de los que ahora ni siquiera nos damos cuenta. Quizá para entonces un texto como este ya no tendrá sentido porque ninguna adolescente que decide dedicarse a la ciencia y la tecnología escuchará las frases "¿eso no es más bien de hombres?, ¿no crees que es mejor hacer otra cosa más fácil?".
  • Bian, L., Leslie, S. J., & Cimpian, A. (2017). Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests. Science355(6323), 389-391.
  • Moss-Racusin, C. A., Dovidio, J. F., Brescoll, V. L., Graham, M. J., & Handelsman, J. (2012). Science faculty’s subtle gender biases favor male students. Proceedings of the National Academy of Sciences109(41), 16474-16479.
  • López-Navajas, A. (2014). Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía de conocimiento ocultada. Ministerio de Educación.

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